Es el estrato de tejido más interno de las tres capas que se desarrollan durante el crecimiento embrionario.
A partir de este estrato, se formaran la gran parte de los órganos internos más importantes. Algunos de ellos son los alveolos que encuentran albergados en los pulmones, la totalidad del aparato digestivo así como sus glándulas secretoras, los epitelios de algunas glándulas como el tiroides o el timo, y finalmente algunas partes de los riñones, la vejiga y la uretra.
Durante los inicios del desarrollo embrionario, el embrión está formado por una sola capa de células. A continuación, este se pliega sobre sí mismo en un proceso llamado gastrulación, gracias al cual nacen las primeras capas celulares. La primera de estas capas en aparecer es la del endodermo.
Tal y como se señala anteriormente, en el caso del endodermo, este dará lugar a diferentes órganos del sistema digestivo y respiratorio, así como a la envoltura epitelial de algunas partes del organismo.
A raíz de la diferenciación del cuerpo embrionario, el endodermo se secciona en dos partes que poseen sus propias características.
Estas dos divisiones se encuentran comunicadas por un ancho orificio que, más tarde, pasará a convertirse en el cordón umbilical.
1. Endodermo embrionario
El endodermo embrionario es la sección de la capa endodérmica que dará lugar a las estructuras internas del embrión, formando el intestino primario. Además, este estrato embrionario trabaja junto con la capa mesodérmica para formar la notocorda.
2. Endodermo extraembrionario
La segunda división del endodermo es aquella que permanece fuera del embrión formando el conocido saco vitelino. Este anexo membranoso se encuentra conectado al embrión, suministrando los suficientes nutrientes y oxígeno, así como desechando los residuos metabólicos.
De la capa endodérmica derivan estas estructuras: